Cementerio monacal
A partir del siglo XVIII
Ubicación:
Jardín de la actual posada de Santa María la Real
El actual jardín de la posada de Santa María la Real fue, en origen, una de las huertas del monasterio. Los sondeos practicados permitieron conocer que a finales del siglo XVIII este espacio se convirtió en el camposanto de la abadía. Es un espacio que hoy sigue transmitiendo un sentimiento de paz y serenidad, mientras disfrutamos de un paisaje idílico que está presidido por la espadaña monacal.
En 1784 Carlos III dispuso que a partir de entonces los cadáveres no fueran inhumados en los templos, pues el enterramiento en el interior de las poblaciones continuaba constituyendo un evidente riesgo para la salud pública. Por ese motivo, se dejó de enterrar en el claustro y en la iglesia, pasando a disponer dichos enterramientos en el nuevo camposanto.
Los edificios en los que se sitúa el establecimiento hostelero corresponden a antiguas edificaciones auxiliares de la abadía como establos y caballerizas.
