Refectorio
Románico con reformas posteriores
Siglo XII
Ubicación:
Galería sur del claustro
El refectorio era el comedor del monasterio, al que se podía acceder bien desde el claustro o bien desde la cocina. De septiembre a Pascua los monjes acudían al refectorio solo una vez al día, mientras que el resto del año lo hacían dos veces. Antes de sentarse los monjes debían lavarse las manos, para, a continuación, en orden y silencio, tomar asiento. Mientras comían, escuchaban las lecturas que leía el monje encargado de tal función, “el hermano lector” o “semanero”, ya que el lector cambiaba cada semana. El abad, junto a los monjes principales, se situaba en la zona presidencial, en nuestro espacio marcada por una triple arquería apuntada que descansa en capiteles vegetales que todavía conservan restos de policromía.
Hoy día esta estancia sirve como salón de actos para los alumnos del Instituto Santa María la Real.
Frente a la actual puerta de entrada se dispone una fuente barroca, cuya pila está decorada con una concha, que sería utilizada por los monjes para lavarse las manos y coger agua. Dicha puerta no es la original medieval, pues ésta, situada en el centro del muro, fue convertida en una ventana cuando se eleva el nivel del suelo del monasterio.
Desde el refectorio o desde el pobrero se podía acceder a la cocina. Se trata de uno de los espacios más interesantes del monasterio donde todavía podemos ver una gran chimenea. El pobrero era el espacio que separaba la cilla (almacén o despensa) y la cocina. Se denominaba así por la costumbre de los monjes de repartir, en esta zona del edificio, la comida a los más necesitados que se acercaban al monasterio, lo que permitía a los monjes cumplir uno de sus votos, el de la “caridad”.