A finales de la década de 1970, durante la restauración del monasterio dirigida por José María Pérez “Peridis”, este capitel fue donado por el Museo Arqueológico de Palencia siendo colocado en la galería sur del claustro. La procedencia de esta pieza es una incógnita. Su origen puede estar en una caja de fragmentos arqueológicos que fue donada, en la década de 1970, por el Museo Arqueológico Nacional a la Comisión Provincial de Monumentos de Palencia en el momento de la extracción de las piezas. Desafortunadamente poco sabemos del contenido de esa caja. Conocemos como en los registros antiguos del Museo Arqueológico de Palencia están documentados capiteles procedentes de Aguilar, y como otro documento menciona la adquisición de piezas procedentes de dicha villa.
La pieza, bastante deteriorada, presenta una cesta doble decorada con hojas de acanto. Estamos ante un tipo de decoración bastante común en el románico de nuestra zona, como puede verse en el monasterio cisterciense de San Andrés de Arroyo. La parte superior del capitel, que presenta entrelazados vegetales, es similar al que podemos ver en el capitel de la Matanza de los Inocentes de la ermita de Santa Cecilia de Aguilar de Campoo.
En relación a la decoración vegetal en la edad media existen varias interpretaciones. Una primera señala que las formas vegetales eran meros adornos, sin ningún tipo de significación. Mientras que la segunda teoriza que la vegetación sí que contiene una interpretación. Por ejemplo, se ha señalado que el acanto es una planta que guarda un gran simbolismo, en ella se destacan sus hojas espinosas que, según estas teorías, representan las dificultades a las que hay que hacer frente en la vida. Con este sentido se entiende su representación en el románico, como muestra del sufrimiento terrenal.
