Locutorio y sala de monjes

En esta pequeña sala o pasillo, abovedada con cañón apuntado y conocida con el nombre de “locutorio”, se entregaban las herramientas para el trabajo del día a los monjes. Desde aquí, a través del claustro, podían pasar a las huertas situadas al oeste del edificio. El encargado de realizar esta función era el hermano portero, quien también recibía a los visitantes. El lema de las comunidades monásticas medievales era “ora et labora”, donde los rezos se combinan con el trabajo manual.

Este espacio se comunicaba con la sala de monjes, cuya función era la de distracción (parlatorum) y reunión para la realización de diversos trabajos artesanales (zapatería, carpintería…). Es una estancia similar a la sala capitular, con bóvedas de crucería que descansan sobre robustos pilares. En la actualidad, es un aula más de las que utilizan los alumnos del centro educativo.