Arroyo que cruza el monasterio
Ventana románica
Ubicación:
Junto a capilla del Abad
La presencia del agua junto al abrigo del risco, la abundancia de la caza, los bosques y las tierras que lo rodeaban, fueron los motivos principales, según cuenta la leyenda, por los que los hermanos Opila y Alpidio decidieron trasladarse a la zona, restaurar las iglesias que habían encontrado, acondicionar el terreno para crear huertas y edificar el monasterio.
El agua fue un elemento fundamental para la construcción del edificio y la supervivencia de la comunidad. No sólo se abastecía todo el monasterio, sino que accionaba el molino con el que contaba el cenobio. El molino era uno de los instrumentos más importantes durante la Edad Media. A los monjes les permitía moler su grano, pero también era empleado por los campesinos del entorno, los cuales, previo pago del impuesto marcado por la utilización de este bien, podían picar sus cereales. Esto hizo que el agua se convirtiera en una de las fuentes de riqueza del monasterio.
Muy interesante es observar como, tras la ampliación del monasterio del siglo XVIII, el cauce del agua quedó cubierto por la nueva construcción, ofreciendo una imagen muy sugerente.